Información Oftalmológica

Obstrucci�n lagrimal

Normalmente, las lágrimas son producidas por las glándulas lagrimales.
Luego de lubricar los ojos, son drenadas desde los puntos lagrimales hacia la nariz a través de las vías lagrimales.

Cuando algún punto del trayecto hacia la nariz está obstruido hablamos de obstrucción lagrimal. Los niños con obstrucción lagrimal generalmente tienen bloqueado el conducto en su parte distal, justo antes de su drenaje en la cavidad nasal.

Aproximadamente 5 a 6 % de los niños nacen con una obstrucción del conducto lagrimal de uno o los dos ojos. Por suerte, al menos el 90 % de estas obstrucciones se mejoran solas para la edad de un año.
Dado que las lagrimas no tienen a donde drenar, terminan acumulándose en la superficie ocular y generando lagrimeo. Habitualmente también hay bacterias en las lágrimas, y estas tampoco tienen a donde drenar. Estas bacterias tienden a crecer en el conducto lagrimal y causan una secreción amarillenta que suele acumularse en las pestañas. La conjuntiva permanece blanca por lo general.

El oftalmopediatra realizará todas las pruebas necesarias para confirmar la obstrucción del conducto lagrimal. Otras causas más raras de lagrimeo serán descartadas.


Tratamiento

Dado que la mayoría de las obstrucciones se mejoran solas para la edad del año sin ninguna intervención, medidas conservadoras son habitualmente recomendadas en ese periodo:

Masaje del saco lagrimal, siempre que no halla dilatación del mismo, 2 a 3 veces por día en el lado afectado.

Gotas de antibiótico, en casos en que la secreción sea amarillenta y muy abundante, y la conjuntiva este roja.

Si luego de los 10 meses de edad la obstrucción persiste, es aconsejable realizar la cateterización lacrimonasal antes de los 12 meses, dado que luego de esa edad la eficacia del procedimiento disminuye.

La cateterización lacrimonasal es un procedimiento simple y rápido.
Es seguro cuando los niños están quietos, por eso es necesario realizarlo bajo anestesia general. El cirujano pasa una sonda a través del conducto lagrimal hacia la cavidad nasal. De esta manera se confirma la permeabilidad del conducto. El procedimiento no deja cicatrices y el paciente no siente mayor disconfort en el post-operatorio.
Es un procedimiento ambulatorio, lo que significa que una vez terminado el procedimiento el niño/a podrá volver a su casa.